martes, 10 de julio de 2007

Un rayo calló en una iglesia de la comunidad llamada Santa María Acapulco en Moctezuma, San Luis Potosí. De las 60 figuras religiosas 20 fueron afectadas. El Gobernador del estado Marcelo de los Santos dijo que se destinaran 30 millones para la restauración. ¡QUE NO MAMEN! Que los pague el Vaticano, que hagan coperacha entre las iglesias del estado, lo que sea pero que lo pague la iglesia, como si no tuvieran dinero para hacerlo. 30 millones señores, cuantas obras publicas se podrían realizar con ese dinero.

viernes, 6 de julio de 2007

MUNDO GRIS

La noche es fría. El semáforo se pone en rojo. Un joven, con una antorcha en su mano derecha y un trapo húmedo en la izquierda se para delante al taxi y escupe fuego tres veces. Se da la vuelta y mira al chofer extendiendo su mano, el chofer busca entre el tablero un par de monedas. Yo desde el asiento detrás del conductor observo al tragafuegos. Se nota que lleva días sin bañarse, el sol ha desecho su piel. Sus labios totalmente maltratados. Se le ve cansado, ni siquiera puede hablar, seguramente lleva todo el día en esa esquina escupiendo lumbre. Sus ojos están vidriosos, tal vez por tanto fuego, tal vez por inhalar solvente o tal vez por ambas cosas. El taxista encuentra las monedas y se las da, el joven las toma y va hacia el carro detrás del taxi. No puedo evitar sentirme mal, esa escena es desgarradora. Volteo a mi izquierda y recargado en el semáforo, sobre el camellón, hay otro hombre, vestido con un pantalón de mezclilla y una playera sin mangas, se nota que tiene frío. Él también trae una antorcha en la mano. Está al lado de una vieja carreola y al lado de esta, una mujer con ropas igual de viejas, sostiene un bulto entre sus brazos, lo mece, no sé si para dormir a la criatura o para que no se despierte o simplemente esta temblando de frío. Entonces ya no siento más pena por ellos, ahora estoy indignado.
¿Por qué diablos tienen hijos? Viven en la miseria. Por muy poca educación que tengan, por mucho solvente que inhalen, deberían tener el suficiente sentido común, como para saber que es criminal traer a un niño a un mundo donde tendrá que trabajar todo el día, sufriendo las inclemencias del tiempo, pasando hambres, soportando maltratos y humillaciones. ¿Acaso creen que por tener un hijo serán más felices? No, solo harán infeliz a un humano más. ¿Para qué hacer una familia, si ni siquiera pueden comer decentemente una vez al día? ¿Esa criatura es el fruto de su amor? Pero ¿acaso de amor se vive? ¿El amor te da de comer? ¿El amor te cubre del sol, del frío, de la lluvia?
El semáforo se pone en verde, el taxi avanza y un pensamiento se queda en el aire; si amaran a esa criatura no la hubieran traído a este asqueroso mundo


DE RESTAURANTES Y RELIGION


Un compañero de trabajo (lo de compañero es un decir, así como decir que trabajo) que es de cierta religión (no es católico, es una basada en el judeocristianismo como tantas otras pero ignoro cuál realmente) hizo para justificar las sumas de dinero que su iglesia le pide la siguiente comparación:

Uno va a un restaurante a alimentar el cuerpo, pero no es gratis, hay que pagar por el alimento consumido ¿no?. Bueno, pues uno va a la iglesia a “alimentar el espíritu” y lógicamente hay que para por el alimento consumido. (Aquí agregan la expresión que les vino a la mente, la mía fue un “no mames”). Así que diezmos, limosnas, cooperaciones, contribuciones, etc., según este hombre (y su religión) son el pago justo por la paz, tranquilidad, y demás virtudes otorgadas por su dios (y me vale, aquí dios se escribe con minúscula).

Si continuamos con la comparativa entre una iglesia y un restaurante yo podría decir que:

En un restaurante el alimento es para el cuerpo, es materia, por lo tanto el pago es físico (léase dinero). En una iglesia, el alimento al ser espiritual, merece un pago del mismo tipo, se me ocurre, oración, penitencia, etc. Así como al dueño del restaurante (que sí existe) de nada le serviría que le prendieras una veladora, a dios (que supondremos que sí existe) no le sirve de mucho el dinero.

Si la iglesia es el restaurante y los feligreses los comensales, los sacerdotes, pastores o como se hagan llamar vendrían a ser los meseros y dios el dueño del restaurante, la diferencia es que cuando pagas en el primero, el dinero va a parar a los bolsillos del dueño, en el segundo todo va para el mesero. Podrían rebatirme (y me cae que me cago de risa si alguien lo hace) que es la propina, yo sólo contestaría que un restaurante donde la propina es del cien por ciento no es negocio para el dueño.

Lo que no me explico, es como con argumentos tan infantiles, torpes y descabellados, pueden convencer a la gente para llenarse los bolsillos. Tal vez utilicen técnicas super complicadas para llevar a sus víctimas a tal punto en que llegado el momento se crean sin chistar cualquier tontería, o que saben elegir para sus “religiones” a las personas más ilusas, carentes de criterio y deseosas de que alguien más piense por ellas.

jueves, 5 de julio de 2007

seductor


Juan Pablo II, “El Seductor”Seduciendo a la Sra. Botella, buena esposa pero mala cocinera de setas.

cagando


Juan Pablo II, haciendo mayores en el camposanto de Montserrat (fotografiado por Fermín Botella, presidente de la SCAP).