Un rayo calló en una iglesia de la comunidad llamada Santa María Acapulco en Moctezuma, San Luis Potosí. De las 60 figuras religiosas 20 fueron afectadas. El Gobernador del estado Marcelo de los Santos dijo que se destinaran 30 millones para la restauración. ¡QUE NO MAMEN! Que los pague el Vaticano, que hagan coperacha entre las iglesias del estado, lo que sea pero que lo pague la iglesia, como si no tuvieran dinero para hacerlo. 30 millones señores, cuantas obras publicas se podrían realizar con ese dinero.
martes, 10 de julio de 2007
viernes, 6 de julio de 2007
MUNDO GRIS
¿Por qué diablos tienen hijos? Viven en la miseria. Por muy poca educación que tengan, por mucho solvente que inhalen, deberían tener el suficiente sentido común, como para saber que es criminal traer a un niño a un mundo donde tendrá que trabajar todo el día, sufriendo las inclemencias del tiempo, pasando hambres, soportando maltratos y humillaciones. ¿Acaso creen que por tener un hijo serán más felices? No, solo harán infeliz a un humano más. ¿Para qué hacer una familia, si ni siquiera pueden comer decentemente una vez al día? ¿Esa criatura es el fruto de su amor? Pero ¿acaso de amor se vive? ¿El amor te da de comer? ¿El amor te cubre del sol, del frío, de la lluvia?
El semáforo se pone en verde, el taxi avanza y un pensamiento se queda en el aire; si amaran a esa criatura no la hubieran traído a este asqueroso mundo
DE RESTAURANTES Y RELIGION
Un compañero de trabajo (lo de compañero es un decir, así como decir que trabajo) que es de cierta religión (no es católico, es una basada en el judeocristianismo como tantas otras pero ignoro cuál realmente) hizo para justificar las sumas de dinero que su iglesia le pide la siguiente comparación:
Uno va a un restaurante a alimentar el cuerpo, pero no es gratis, hay que pagar por el alimento consumido ¿no?. Bueno, pues uno va a la iglesia a “alimentar el espíritu” y lógicamente hay que para por el alimento consumido. (Aquí agregan la expresión que les vino a la mente, la mía fue un “no mames”). Así que diezmos, limosnas, cooperaciones, contribuciones, etc., según este hombre (y su religión) son el pago justo por la paz, tranquilidad, y demás virtudes otorgadas por su dios (y me vale, aquí dios se escribe con minúscula).
Si continuamos con la comparativa entre una iglesia y un restaurante yo podría decir que:
En un restaurante el alimento es para el cuerpo, es materia, por lo tanto el pago es físico (léase dinero). En una iglesia, el alimento al ser espiritual, merece un pago del mismo tipo, se me ocurre, oración, penitencia, etc. Así como al dueño del restaurante (que sí existe) de nada le serviría que le prendieras una veladora, a dios (que supondremos que sí existe) no le sirve de mucho el dinero.
Si la iglesia es el restaurante y los feligreses los comensales, los sacerdotes, pastores o como se hagan llamar vendrían a ser los meseros y dios el dueño del restaurante, la diferencia es que cuando pagas en el primero, el dinero va a parar a los bolsillos del dueño, en el segundo todo va para el mesero. Podrían rebatirme (y me cae que me cago de risa si alguien lo hace) que es la propina, yo sólo contestaría que un restaurante donde la propina es del cien por ciento no es negocio para el dueño.
Lo que no me explico, es como con argumentos tan infantiles, torpes y descabellados, pueden convencer a la gente para llenarse los bolsillos. Tal vez utilicen técnicas super complicadas para llevar a sus víctimas a tal punto en que llegado el momento se crean sin chistar cualquier tontería, o que saben elegir para sus “religiones” a las personas más ilusas, carentes de criterio y deseosas de que alguien más piense por ellas.