sábado, 12 de enero de 2008

SOBRE LA CENSURA




Si la libertad significa algo, es el derecho de decirles a los demás
lo que no quieren oír (Orson Welles)

Curiosamente, las personas que se dicen a favor de la censura se
consideran, habitualmente, a salvo de estos peligros. Ninguno de
ellos cree que la sola lectura de un documento pueda transformarlos
en un racista violento, en un violador compulsivo, en un terrorista
criminal o en un devoto seguidor de una secta satánica. Sin embargo,
sí creen que haya otras personas que necesiten de esta protección
especial. Su petición en favor de la censura es manifiestamente
altruista, ya que va dirigida a proteger a los demás y no a ellos
mismos. (...) Conceptos como legalidad o moralidad se tornan
extremadamente escurridizos. Lo que afirme un norteamericano
protestante puede resultarle incómodo a un iraní chiíta, el cuál, a
su vez, sostendrá tesis que molestarán a un israelí judío, que tendrá
opiniones que no gustarán al norteamericano protestante. ¿A quién
hemos de censurar?¿Cuál de ellos no tiene derecho a expresar su
imagen del mundo? Claro que, según algunos de los que piden la
censura, solo hay una visión de la realidad válida, solo una opinión
posible, solo una ética, solo un dios, solo una opción política...
También surgen problemas cuando tenemos en cuenta que términos tan
incómodos para un censor como libertad de pensamiento o libertad de
expresión tienen tan buena acogida hoy en día, al menos en su faceta
teórica. Los mismos que intentan silenciar a los demás quieren poder
expresarse libremente ellos mismos. ¿Admitiría uno de estos
guardianes de la moral la censura por parte de otra persona? La única
solución viene, de manos de la tolerancia. Si hay algo que mi
religión, ética u opción política me prohiben ver o conocer, solo
tengo que apartar mi mirada. Pero no puedo prohibir a los demás lo
que los demás no tienen derecho a prohibirme: el libre ejercicio de
las libertades de expresión y pensamiento. El unico limite que se le
puede poner a la libertad de cada uno es la libertad de los demás. Si
lo que yo pueda decir solo puede perjudicar a quien me escuche, este
siempre tiene la opción de no escucharme. Solo si lo que yo expongo
puede perjudicar directamente a los derechos de un tercero existe una
razón para guardar silencio.

(Yo no lo escribi, ni me acuerdo de donde lo saque, pero lo tenia guardado para colgarlo desde hace como 3 meses)

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